Obra en construcción, sobre las ruinas de la justicia vaticana

Titulado en dere­cho canó­ni­co, el papa León pron­to ten­drá que poner a prue­ba esta com­pe­ten­cia suya tam­bién para ase­gu­rar justi­cia en los pro­ce­sos que se cele­bran en el Vaticano, tan­to ecle­siá­sti­cos como civi­les. Porque en ambos cam­pos las grie­tas son evi­den­tes y gra­ves.

En el ámbi­to ecle­siá­sti­co, en la entre­vi­sta con­ce­di­da a Elise Ann Allen, publi­ca­da el 18 de sep­tiem­bre e inclui­da en un libro edi­ta­do por Penguin Perú, León ya ha insi­nua­do la volun­tad de intro­du­cir aju­stes en los pro­ce­sos por abu­sos sexua­les.

Presupuesta "una autén­ti­ca y pro­fun­da sen­si­bi­li­dad y com­pa­sión por el dolor, el sufri­mien­to" de las víc­ti­mas, el Papa aña­dió de inme­dia­to que "tam­bién los acu­sa­dos tie­nen dere­chos, y muchos de ellos creen que tales dere­chos no son respe­ta­dos. Ha habi­do casos com­pro­ba­dos de algún tipo de fal­sa acu­sa­ción. Ha habi­do sacer­do­tes cuya vida ha sido destrui­da a cau­sa de ello".

Y, ade­más : "El hecho de que la víc­ti­ma se pre­sen­te y for­mu­le una acu­sa­ción, y que la acu­sa­ción esté pre­sun­ta­men­te fun­da­men­ta­da, no anu­la la pre­sun­ción de ino­cen­cia. Por lo tan­to, tam­bién el impu­ta­do debe ser pro­te­gi­do, sus dere­chos deben ser respe­ta­dos".

"La Iglesia cier­ta­men­te ha tra­ta­do de ela­bo­rar una nue­va legi­sla­ción", pro­si­guió León. Pero a pesar de ello "nos encon­tra­mos en una situa­ción de estan­ca­mien­to", por­que "tam­bién la tute­la de los dere­chos del impu­ta­do es un pro­ble­ma".

Efectivamente, si se miran las crí­ti­cas de los mayo­res exper­tos en dere­cho canó­ni­co, la "nue­va legi­sla­ción" pro­mul­ga­da en esta mate­ria por la Iglesia, últi­ma­men­te con las varian­tes intro­du­ci­das por el Papa Francisco el 7 de diciem­bre de 2021, ha infli­gi­do gra­ves meno­sca­bos al "debi­do pro­ce­so".

En pri­mer lugar, ha faci­li­ta­do la prác­ti­ca gene­ra­li­za­da de susti­tuir el pro­ce­so judi­cial, admi­ni­stra­do por las dió­ce­sis o en el Vaticano por el dica­ste­rio para la doc­tri­na de la fe, por el sim­ple y expe­di­ti­vo pro­ce­di­mien­to admi­ni­stra­ti­vo, con la sen­ten­cia emi­ti­da por decre­to de la auto­ri­dad com­pe­ten­te.

Pero aún más, ha demo­li­do al menos dos pila­res esta­ble­ci­dos por el dere­cho como garan­tía del acu­sa­do.

La pri­me­ra "vul­ne­ra­ción" es la facul­tad, alen­ta­da y prac­ti­ca­da ya habi­tual­men­te por la auto­ri­dad ecle­siá­sti­ca, de dero­gar los vein­te años de pre­scri­p­ción fija­dos por la ley canó­ni­ca para los deli­tos de abu­so sexual y, por tan­to, de pro­ce­der judi­cial­men­te tam­bién por actos come­ti­dos antes de esa fecha. Este es el caso, entre otros, del pro­ce­so al ex jesui­ta y arti­sta Marko Ivan Rupnik, orde­na­do por el Papa Francisco en octu­bre de 2023 con la con­si­guien­te dero­ga­ción de la pre­scri­p­ción para los actos –la mayo­ría– que se le impu­tan ante­rio­res a 2003 ; pro­ce­so del cual, por lo demás, aún no se sabe nada de su desar­rol­lo, excep­to el nom­bra­mien­to de los jue­ces ocur­ri­do solo a prin­ci­pios del vera­no de 2025.

La segun­da "vul­ne­ra­ción" infli­gi­da a los prin­ci­pios bási­cos del siste­ma penal de la Iglesia es la fre­cuen­te apli­ca­ción retroac­ti­va al impu­ta­do de nor­mas que le son desfa­vo­ra­bles, pero que no exi­stían en el momen­to en que habría come­ti­do el deli­to por el que está acu­sa­do, por­que fue­ron emi­ti­das solo en una épo­ca poste­rior.

Por par­te de exper­tos en dere­cho ecle­siá­sti­co se han alza­do fuer­tes crí­ti­cas a estas lesio­nes del "debi­do pro­ce­so" que aho­ra carac­te­ri­zan a los pro­ce­sos canó­ni­cos. Y es evi­den­te que este dele­té­reo endu­re­ci­mien­to puni­ti­vo es un efec­to de esa "tole­ran­cia cero" impue­sta a voces a la Iglesia por el sen­tir común, en mate­ria de abu­sos sexua­les, como si el pre­sen­te y el futu­ro de la misma Iglesia se juga­ran total­men­te allí.

También sobre esto el papa León, en la entre­vi­sta, ha hecho sonar la alar­ma. "No pode­mos hacer que toda la Iglesia se con­cen­tre exclu­si­va­men­te en este tema, por­que esa no sería una respue­sta autén­ti­ca a lo que el mun­do busca en tér­mi­nos de la nece­si­dad de la misión de la Iglesia", dijo. "La Iglesia tie­ne la misión de pre­di­car el Evangelio y, gra­cias a Dios, la inmen­sa mayo­ría de las per­so­nas que están com­pro­me­ti­das en la Iglesia, sacer­do­tes, obi­spos y reli­gio­sos, nun­ca han abu­sa­do de nadie".

Pero si no se pro­ce­de rápi­da­men­te a sanar las heri­das infli­gi­das al "pro­ce­so justo" en el siste­ma judi­cial ecle­siá­sti­co, el rie­sgo cre­cien­te es que quien se vea casti­ga­do por fla­gran­tes vio­la­cio­nes de sus dere­chos fun­da­men­ta­les recur­ra a los tri­bu­na­les civi­les para obte­ner la repa­ra­ción de los daños sufri­dos "como con­se­cuen­cia de las supue­stas irre­gu­la­ri­da­des del pro­ce­di­mien­to adop­ta­do en sede con­fe­sio­nal", como se lee en uno de los manua­les de dere­cho ecle­siá­sti­co más estu­dia­dos en las uni­ver­si­da­des ita­lia­nas, cuyo autor es Carlo Cardia, figu­ra pro­mi­nen­te de la dele­ga­ción ita­lia­na que lle­vó en 1984 a la actua­li­za­ción del con­cor­da­to de 1929 entre Italia y la Santa Sede.

El rie­sgo es serio. Y en Italia lo es pre­ci­sa­men­te gra­cias al nue­vo con­cor­da­to según el cual los efec­tos civi­les de las sen­ten­cias ecle­siá­sti­cas deben enten­der­se "en armo­nía con los dere­chos con­sti­tu­cio­nal­men­te garan­ti­za­dos a los ciu­da­da­nos ita­lia­nos".

Pero tam­bién pue­de ser un rie­sgo salu­da­ble. Y es lo que sostie­ne Geraldina Boni, cate­drá­ti­ca de dere­cho canó­ni­co en la uni­ver­si­dad de Bolonia y con­sul­to­ra del dica­ste­rio vati­ca­no para los tex­tos legi­sla­ti­vos, así como pre­si­den­ta en Italia de la Comisión inter­mi­ni­ste­rial para los acuer­dos con las con­fe­sio­nes reli­gio­sas, a modo de coro­na­ción de un docu­men­ta­dí­si­mo ensayo sobre "La lesión de los prin­ci­pios de lega­li­dad penal y del debi­do pro­ce­so en el orde­na­mien­to canó­ni­co", escri­to jun­to a sus alum­nos, aho­ra pro­fe­so­res, Manuel Ganarin y Alberto Tomer :

"La inter­ven­ción casi suple­to­ria y susti­tu­ti­va del poder tem­po­ral podría desple­gar un pode­ro­so estí­mu­lo, tal que disua­die­ra y apar­ta­ra a la auto­ri­dad con­fe­sio­nal de la ten­ta­ción insi­dio­sa de que­rer repri­mir sin nin­gu­na indul­gen­cia actos odio­sos y deplo­ra­bles, inten­to cier­ta­men­te en sí abstrac­ta­men­te loa­ble, pero al costo, ina­cep­ta­ble, de la destruc­ción de esa con­qui­sta de civi­li­za­ción, a la cual tam­bién el orde­na­mien­to canó­ni­co ha cola­bo­ra­do, que es el pro­ce­so justo".

*

En cuan­to a los pro­ce­sos civi­les cele­bra­dos en el Vaticano, el 22 de sep­tiem­bre comen­zó el pro­ce­so de ape­la­ción por la gestión de los fon­dos de la Santa Sede, soli­ci­ta­do por algu­nos de los con­de­na­dos en el pro­ce­so de pri­me­ra instan­cia, entre ellos el car­de­nal Giovanni Angelo Becciu, con­de­na­do a cin­co años y seis meses de pri­sión, pero ya ante­rior­men­te, el 24 de sep­tiem­bre de 2020, despo­ja­do por el Papa Francisco de sus car­gos y de sus dere­chos de car­de­nal sin que jamás se hayan dicho las razo­nes.

Sobre el prin­ci­pal obje­to de este "pro­ce­so del siglo", como lo defi­nen los medios inter­na­cio­na­les, León hizo en la entre­vi­sta una rápi­da men­ción : "Ha habi­do gran publi­ci­dad por la com­pra de este edi­fi­cio en Londres, en Sloane Avenue, y por cuán­tos mil­lo­nes se han per­di­do a cau­sa de ello".

Pero tam­bién este pro­ce­so ha pro­vo­ca­do un dilu­vio de crí­ti­cas por par­te de juri­stas y cano­ni­stas, por "las vio­la­cio­nes gra­ví­si­mas del dere­cho, inclu­so del dere­cho divi­no", obser­va­das en su desar­rol­lo y resu­mi­das en este artí­cu­lo de Settimo Cielo del 18 de mar­zo de 2024 :

> “Summa iniu­ria”. El desa­stre de la justi­cia vati­ca­na, rei­nan­te el papa Francisco

https://​www​.dia​ko​nos​.be/​s​u​m​m​a​-​i​n​i​u​r​i​a​-​i​l​-​d​i​s​a​s​t​r​o​-​d​e​l​l​a​-​g​i​u​s​t​i​z​i​a​-​v​a​t​i​c​a​n​a​-​r​e​g​n​a​n​t​e​-​p​a​p​a​-​f​r​a​n​c​e​s​co/

A lo que se suman mate­rias adi­cio­na­les de crí­ti­ca tan­to por lo sali­do a la luz en el inter­va­lo entre los dos pro­ce­sos, como por lo que está ocur­rien­do aho­ra en el pro­ce­so de ape­la­ción, don­de sin embar­go ya se notan los signos de un cam­bio de rum­bo.

En par­ti­cu­lar, el car­de­nal Becciu y otros impu­ta­dos han pedi­do desde el prin­ci­pio al pro­mo­tor de justi­cia vati­ca­no Alessandro Diddi que se reti­re del papel de acu­sa­dor –que él desem­peñó tam­bién en el pro­ce­so de pri­me­ra instan­cia – , a cau­sa de men­sa­jes pri­va­dos en WhatsApp que pro­ba­rían un inte­rés per­so­nal suyo en la con­duc­ción del pro­ce­so.

Según estos men­sa­jes, hechos públi­cos solo en míni­ma par­te por Diddi en el trans­cur­so del pro­ce­so de pri­me­ra instan­cia, pero lue­go publi­ca­dos ínte­gra­men­te en el dia­rio "Domani", él resul­ta­ría invo­lu­cra­do en la maqui­na­ción pue­sta en obra por dos muje­res con con­tac­tos en el Vaticano, Francesca Immacolata Chaouqui y Genoveffa Ciferri, para hacer de mon­señor Alberto Perlasca, ex direc­tor de la ofi­ci­na admi­ni­stra­ti­va de la secre­ta­ría de Estado, el prin­ci­pal testi­go de acu­sa­ción de Becciu, ya desde ago­sto de 2020.

El pre­si­den­te de la cor­te de ape­la­ción, el arzo­bi­spo Alejandro Arellano Cedillo, aco­gió la soli­ci­tud de recu­sa­ción y remi­tió la deci­sión final sobre la suer­te de Diddi a la cor­te de casa­ción del Estado de la Ciudad del Vaticano : una cor­te que el Papa Francisco ha con­fia­do en 2023, con elec­ción descon­cer­tan­te, a cua­tro car­de­na­les com­ple­ta­men­te ayu­nos en dere­cho como Joseph Farrell, Matteo Maria Zuppi, Augusto Paolo Lojudice y Mauro Gambetti, con la ayu­da de dos juri­stas, Antonia Antonella Marandola y Chiara Minelli, la pri­me­ra de las cua­les sin embar­go es tam­bién coau­to­ra de libros con el mismo Diddi.

Y mien­tras tan­to, ya exclui­do de la sala a la espe­ra de lo que deci­da la cor­te de casa­ción, Diddi –que nun­ca ha ocul­ta­do haber man­te­ni­do una rela­ción direc­ta con el papa Francisco– ya ha sufri­do otro revés.

Porque tam­bién él había ape­la­do con­tra las sen­ten­cias de pri­me­ra instan­cia, en su opi­nión dema­sia­do blan­das. Pero el 25 de sep­tiem­bre la cor­te recha­zó su impu­gna­ción, redac­ta­da con tales y tan­tos desa­cier­tos que la hacía inad­mi­si­ble. Con la con­si­guien­te con­fir­ma­ción de algu­nas de las abso­lu­cio­nes deci­di­das en pri­me­ra instan­cia, para el car­de­nal Becciu las rela­ti­vas al abu­so de ofi­cio y al pecu­la­do en las rela­cio­nes con un finan­cie­ro.

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Sandro Magister ha sido fir­ma histó­ri­ca, como vati­ca­ni­sta, del sema­na­rio "L'Espresso".
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